Nadar y guardar la ropa

paradojo, ja.

(Del lat. paradoxus, y este del gr. παράδοξος).

1. adj. desus. paradójico.

2. f. Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas.

3. f. Aserción inverosímil o absurda, que se presenta con apariencias de verdadera.


Después de exacerbar a la población con la prolongación continuada de la "provisionalidad" de un colegio de barracones, la proliferación de los mismos en uno de los dos centros de secundaria, el manifiesto deterioro del colegio más viejo (uno de pobres, por supuesto), las graves carencias que, desde el mismo día de su fastuoso estreno, destacan en los colegios más nuevos... Después de todo eso ¡hay que ser un verdadero artista para conseguir colocar otro cole de barracones en el pueblo llamado a superar el récord Guinness de "provisionalidad duradera" y encima que los padres estén felices y contentos de tener a sus hijos en contenedores de colorines!
Pero es que nuestros dirigentes son especialistas en rizar el rizo, en externalizar las responsabilidades de su ineficacia, en la creación de controversias artificiales para mantener a su fiel electorado distraido en dilemas que después ellos solucionarán salomónicamente con su retórica del punto medio.
¿Cómo es posible que el primer colegio de barracones de Almazora, el Regina Violant, se convierta en un colegio de 3 líneas? ¿Cómo es posible que al mismo tiempo el colegio número 6 tenga dos clases que entre las 2 suman 20 alumnos? Pues muy sencillo, es la forma en la que nuestros dirigentes, locales y autonómicos, son capaces de nadar y guardar la ropa: construyendo estas paradojas si se consideran de forma conjunta pero que a los afectados en cada caso les resultan bastante satisfactorias como para acatarlas con sumisión. Unos porque hacen gala de tragaderas sin igual al aceptar que les metan 3 líneas para no retardar la construcción de su colegio, otros porque gracias a tener 2 líneas pueden tener una clase con 7 alumnos y otra con 13. Esta es una pequeña compensación por asumir que los alumnos van a pasar sus 9 años de colegio en barracones. Pero además gracias a esa sensibilidad por atender al heterogéneo alumnado que puede acudir a ese colegio la Administración ha decidido que éste sea el único colegio en el que se aplica en una línea el Programa de Inmersión Lingüística (valenciano) y en la otra el Programa de Incorporación Progresiva (castellano), lo cual obliga a tener dos clases en cada curso aunque sólo haya 20 alumnos en total. ¿Paradojas?
Pues para hacer posible esta prebenda para el recién bautizado colegio Santa Quiteria es imprecindible que el otro colegio admita 3 líneas a pesar de que eso conlleva que un año tras otro hay que añadir barracones en el mismo recinto. ¿Paradojas? ¿todos contentos o miedo a erigirse en voz de la discordia y cargar con el estigma del inconformista?

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